Un conjunto de factores tecnológicos y macroeconómicos están convergiendo para desencadenar una profunda transformación hacia lo digital en la industria de la generación y gestión de la energía, que a su vez está actualmente atravesada por diversos desafíos. Según previsiones de la OCDE, se espera que hacia 2050 la población mundial pase de 7 mil millones de personas a más de 9 mil millones, y se proyecta que la economía mundial crezca casi cuatro veces. También es probable que China e India observen un envejecimiento significativo en su población, mientras que se espera que crezcan rápidamente las poblaciones jóvenes en otras partes del mundo, especialmente en África. Estos cambios demográficos, aunados a estándares de vida más elevados, llevan implícita una transformación en los estilos de vida y los modelos de consumo, así como en todas las industrias que los sostienen. Esto traerá una creciente demanda de energía y de recursos naturales que apoyen el crecimiento estable de las poblaciones e industrias y el aumento del nivel de vida de miles de millones más. Esta gran necesidad requiere, a su vez, el desarrollo de nuevos suministros de energía, al mismo tiempo que se construye y moderniza la infraestructura para su distribución. El acceso seguro a esa energía es, también, esencial para mejorar las condiciones de vida de las poblaciones en todo el mundo. Para permitir el desarrollo de las industrias manufactureras más fuertes capaces de estimular el crecimiento económico y apoyar el surgimiento de nuevas clases media es primordial plantear la urgente necesidad de aumentar las fuentes de energías alternativas y confiables, que puedan hacer frente a este tipo de desafíos. Como vemos, la industria de la energía se enfrenta a un complejo conjunto de retos: la ampliación del acceso a la electricidad a aquellos en todo el mundo que viven sin luz, y la proporción de energía suficiente para apoyar el crecimiento estable y los niveles de vida el resto. Todo esto se suma a la necesidad de garantizar procesos sustentables de generación de energía que mejoren la eficiencia a través de una cadena de valor cada vez más multidimensional que incluya las posibilidades que abre la tecnología digital. Dada su importancia capital, la energía será una prioridad de seguridad nacional para todos los países quienes tendrán que desarrollar nuevas estrategias y soluciones para hacer más eficiente el consumo, a fin de asegurar suficiente suministro de manera sustentable, al tiempo que reduzcan emisiones y mejoren la eficiencia energética. En esta industria, las innovaciones digitales son clave para palpar los cambios y transformar parte de éstos desafíos en oportunidades sin precedentes que habiliten una nueva cadena de valor aumentada e interconectada por las tecnologías digitales. En GE, pensamos que esta cadena de valor digitalizada da lugar a un sistema más fiable, accesible y sostenible, que permite esquemas que incentiven aún más la innovación y el ingreso de nuevos actores en el ecosistema de la energía. Esta transformación no es fácil, requiere no sólo de importantes inversiones, sino también de un cambio de mentalidad y de modelos de negocios. Son necesarias al mismo tiempo, una gran coordinación y colaboración entre todos los actores involucrados. Los productores de energía y los servicios públicos necesitan romper las barreras que separan sus organizaciones. Esta nueva ola de innovaciones trae consigo el desarrollo de áreas muy diferentes de especialización en las cuales se requieren empresas con una amplia experiencia del sector y la tecnología. El futuro del sector energético está lleno de oportunidades sin precedentes y promesas digitales para todos sus participantes y, aunque este cambio de paradigma no es fácil, sin duda vale la pena.